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Juan Pablo López

20 noviembre, 2012

Twitter no tiene la culpa

Por: Juan Pablo López

Así es, Twitter no tiene la culpa si tu novio te dejó por otra, tampoco la tiene si tienes que estudiar mucho porque estás en finales y mucho menos si te estás comiendo un tarro entero de helado de chocolate. Se está volviendo muy común que los usuarios usen muy bien los 140 caracteres que permite la red social, pero ¿con qué tipo de contenidos?

Basura, eso es lo que el usuario promedio está trinando. Creen que Twitter es una versión 2.0 de Facebook en donde están actualizando su estado con una frecuencia espeluznante. Prácticamente están registrando y documentando cada paso, cada acción que realizan en su vida sin importar cuán irrelevante puede llegar a ser para sus followers (que no deben pasar de diez). Pero bueno, de igual manera cada quien es libre de tuitear lo que le venga en gana, pero en lo personal, no me soporto la intensidad de los “Club de fans” de  pseudo-artistas, los Trolls que tienen como principal y único argumento al insulto intrascendente, o los que critican sin una mención respectiva, cobardes.

Menos mal también existe el botón de unfollow. Cosas que ame yo en la vida y ese botón; es el que te ayuda a tener el nuevo gran placer digital en la vida, y es el de tener un TL (Time Line) despejado, carente de inaportancias, resentimientos sociales, o de un sinfín de filósofos wannabe, y por el contrario lleno de sextuiteras sabrosas (que de seguro son unos gordos con acné), un puñado de rigurosos periodistas y selectos tuitstars que no tienen ganas de hacer fama.

Pero los anteriores personajes, no son la totalidad de la problemática tuitera. Existe otro clan que debería ser exterminado de inmediato, y es el de los que se toman en serio Twitter, o por lo menos más de lo que deberían. No se puede explicar a los personajes que, por ejemplo, cuando  alguien tuitea algo como: “Yo en mi juventud me comía a la esposa del presidente” y que de inmediato estén respondiendo el tuit preguntando que si es verdad. Casos así se ven a diario, gente ingenua o en su defecto “buenas personas” hay por doquier, por eso en este país nos roban tanto; por la sobrepoblación de gente bien, y como el vivo vive del bobo… lo demás es historia.

Pero volviendo al tema que nos agobia el día de hoy, tampoco comprendo a los anormales que optan poner sus cuentas de Twitter privadas. Es que en serio… ¿en qué carajos están pensando? Lo que están haciendo es como, literalmente, comprarse un Lamborgini Aventador para dejarlo parqueado en un garaje oscuro, o como cuadrarse a Laura Acuña después de mucho esfuerzo, perseverancia y esperanza para después comérsela sin quitarle la ropa para no disfrutar del verdadero motín que hay debajo de esas prendas. Lo mismo pasa con estos personajillos que privatizan sus cuentas, no tiene sentido alguno, parecen hombres de Cro-Magnon. Seguro son de esos que se creen los seres más interesantes de este planeta y en realidad tienen poco y nada que ofrecer. Ahora, si lo hacen para que una novia o acosadora celosa no los stalkee, pues… mejor matarse antes que perder la “libertad digital”.

En conclusión, no descarguen toda su imbecilidad por Twitter, no hagan sentir pena ajena a todos sus seguidores como, por ejemplo, lo hace el ex presidente Alvaro Parami…, digo Alvaro Uribe Vélez en su cuenta, rebosado de impotencia y rabia. Pero está bien, si van a depositar su ira en Twitter, si van a contarnos que les está doliendo el dedo chiquito del pie, o si van a decirnos buenos días todos los días de esta vida, pues por lo menos háganlo de manera original, innoven, sean distintos y no nos aburran más con sus inoficiosos trinos; ni Twitter ni sus followers tienen la culpa.

Twitter: @iHedonismo

 

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