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Juan Camilo Ruiz

16 septiembre, 2013

Innovación social tecnológica – Daviplata

Si le preguntas a un ciudadano común y corriente con que está ligada la innovación tecnológica, menos del 40% te va a decir que está ligada a la reducción de la pobreza, pero más del 80% te va a decir que está ligada al crecimiento y desarrollo empresarial. ¿Qué tal si estuviera ligado a los dos parámetros?

Davivienda es la tercera entidad financiera del país, después del Bancolombia y del Grupo AVAL, y ha sido reconocida por todos los colombianos gracias a su excelente estrategia de publicidad. Ahora también puede empezar a ser reconocida por algo quizás más valioso, el hecho de liderar un proceso de innovación social corporativa, en donde la tecnología juega un proceso fundamental.

Daviplata es el servicio que permite que las personas puedan usar sus teléfonos celulares (sin necesidad de que sean smartphones) para pagar facturas de servicios públicos, recargar sus líneas prepago e incluso retirar dinero de un cajero electrónico sin tener una tarjeta débito. Aumentar su base de clientes ha sido el mayor beneficio de esta compañía, mientras que la sociedad ve como la bancarización de usuarios también aumenta, sobretodo de quienes viven en condiciones de pobreza; superando las barreras que más visibles se han mostrado siempre que se habla del tema de bancarización (procesos formales para obtener cuentas de ahorro, lejanía de sucursales y cajeros de puntos de atención, entre otras)

Davivienda, a través de su producto Daviplata, fue merecedor del Premio a la Innovación Financiera Feleban Clab 2013, en donde participan entidades financieras de toda América Latina. Es importantísimo este premio como reconocimiento de que la innovación social si genera grandes retribuciones para las compañías; y no solo en cuanto a la reputación, sino también en cuanto a sus márgenes de rentabilidad. Sin embargo, se observa que el segundo y tercer puesto ocupados en este premio son proyectos que pueden tener un alto índice de innovación que no es necesariamente social, dando a entender que lo de Daviplata es solo una excepción dentro del mercado financiero.

Lo ideal sería que se tome este ejemplo de Daviplata, y que las demás compañías empiecen a pensar en soluciones que puedan ser útiles, prácticas y cómodas para el usuario que está en la base de la pirámide, en vez de seguir pensando exclusivamente en la creación de productos y servicios ajustados a las necesidades (creadas muchas veces) de los clientes con mayor poder adquisitivo.

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