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Jeniffer Espinosa

3 diciembre, 2019

La sensibilidad: Una capacidad con la que podrían estar equipados los robots del futuro

Desde la era industrial los seres humanos han tenido el sueño latente de hacer que las máquinas ejecuten el trabajo que normalmente el hombre ha desarrollado, este ideal ha tenido un gran repercusión en la creación e innovación de las capacidades y habilidades dadas a estas maquinas.

Aunque esto provoque serias dudas en muchos, para otros esta es una verdadera ventana hacia el futuro, al menos, bajo este estandarte la ciencia siempre va en desarrollo y la noticia del momento proviene por un grupo de investigadores de la Universidad Técnica de Múnich, quienes a cargo del profesor Gordon Cheng han presentado oficialmente la que sería la primera piel sensible artificial que lograría asemejar el tacto en el hombre.

La piel esta compuesta por cerca de 1.260 pequeñas placas hexagonales que recubren en este caso al robot H-1 y los cuales tendría cerca de 13.000 sensores capaces de detectar temperatura, aceleración, proximidad y presión que se asemeja al sistema nervioso del hombre y con la cual podría mejorarse la seguridad de los entornos laborales como lo afirma el profesor Cheng.

“Las células de la piel del robot H-1 está dotada de microprocesadores y sensores, en el torso, brazos, piernas y las plantas de los pies, lo que le confiere una nueva «sensación corporal» y la capacidad de responder a las superficies irregulares del suelo o abrazar a una persona. (…) Esta piel sintética, inspirada en la humana, mejora la capacidad sensorial de los robots y aumenta su seguridad, al permitirles detectar sus cuerpos y entorno”

Aunque el desarrollo ha sido exitoso, el equipo del profesor Cheng enfrenta un enorme obstáculo “la capacidad informática” la cual lleva equipada el hombre y que cuenta con cerca de 5 millones de receptores que constantemente tramitan información sensible, en este punto los robots poseen enormes limites dado que la capacidad de almacenamiento de información se sobrecarga rápidamente.

Pese a esto, el equipo de Cheng encontró una solución por medio de un enfoque de neuroingeniería que le permite al equipo de investigación no tener que monitorear las células de piel sintética continuamente, al basarse en un sistema sustentado a partir de eventos. Es decir, las celdas individuales procesarían y transmitirán información tan solo cuando hay un cambio en los valores, de forma similar a los seres humanos, esto representado en un evento común como usar un sombrero, el cual no necesitamos sentir para saber que allí se encuentra, lo cual permitirá a las celdas basarse en eventos de costumbre por llamarlo de algún modo para que la concentración se base en nuevos eventos que realicen un cambio en los valores provenientes del entorno y que requieran de una respuesta física, logrando reducir en cerca de un 90% el procesamiento de datos.

Esperemos que este nuevo descubrimiento se aplique con éxito a favor de la humanidad y que con esto avancemos un paso más hacia el futuro.

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