Avatar

Illimani Patiño

2 agosto, 2019

Análisis: la Guerra Comercial entre China y Estados Unidos no se acabará hasta después de 2021

Foto- Susan Walsh (AP)

Desde la llegada de Donald Trump al poder estadounidense en 2.017 la economía global ha estado en france desaceleración, en gran parte debido a su política de reconfigurar las reglas de juego del comercio mundial, tanto desde los tratados de libre comercio con países específicos como en los escenarios multilaterales como la Organización Internacional del Comercio.

El caso más representativo ha sido el conflicto comercial con China que ya ha generado una reducción en las previsiones de crecimiento para todo el globo, pasando del 3.5% a 2.8% en 2.019.

Y no ha sido solo un asunto de aumento de tarifas, el conflicto ha escalado tanto que ya ha puesto en peligro asuntos de interés global como la continuación del desarrollo tecnológico de la quinta generación de tecnología celular (5G), prohibiendo por algunos meses la venta de equipos Huawei en Estados Unidos y bloqueando la importación de chips y otros componentes para dispositivos ensamblados en Norteamérica.

Te recomendamos: Trump anuncia nuevas tarifas del 10% sobre 300 mil millones de dólares en productos chinos

Pero después de un año y diferentes rondas de negociaciones, el conflicto parece no llegar a desescalar, sino que por el contrario cada vez son más los productos ‘castigados’ por Washington con un arancel de importación de hasta el 25%.

Todo esto a pesar de que la actitud desafiante de Trump contra el gigante asiático sí ha logrado disminuir el famoso déficit comercial en 15 mil millones de dólares, incluyendo un aumento del 8% en la importación de soya norteamericana desde China, uno de los factores que Trump consideraba ‘clave’ para el restablecimiento de las condiciones económicas.

El interés electoral individual prevalece en contra del interés colectivo

Aunque parecía que el fin de las tensiones de Washington con Huawei iban a llevar a un relajamiento general de las hostilidades, en los últimos días Donald Trump ha publicado algunos tweets atacando a China de no tener voluntad de ceder en las negociaciones e incluso de cambiar los términos a último minuto para su conveniencia.

Incluso dijo que Pekín estaría esperando que un candidato demócrata gane las elecciones en 2.020 para dar un mejor acuerdo a los intereses chinos, acusándolos de dilatar las conversaciones hasta entonces.

Pero el asunto podría ser justo al contrario. A Trump le sirve políticamente continuar con el conflicto comercial de cara a las próximas elecciones presidenciales, donde posiblemente sus comentarios racistas y xenofóbicos le pasen factura con el sector menos radical del Partido Republicano.

En esta lógica el conflicto comercial le serviría como la coyuntura principal para seguir contribuyendo al ciclo económico expansivo que está viviendo Estados Unidos, persuadiendo a muchos indecisos de votar por él con el objetivo de negociar un mejor acuerdo para 2.021 o 2.022. Esto a pesar de que recientes encuestas han demostrado que la principal preocupación de los empresarios norteamericanos es el conflicto comercial.

Pero la realidad es que un escenario de ‘no acuerdo’ aceleraría la incertidumbre de los inversores a tal nivel que podría generar una nueva recesión global, afectando especialmente a países en desarrollo, quienes dependen de la inversión extranjera directa para seguir creciendo.

Relacionados